Cómo comunicar con cortesía sin perder autoridad (y evitar parecer dubitativo)
- Andrea de la Calle
- 30 sept
- 2 Min. de lectura

Hoy, en uno de nuestros entrenamientos ejecutivos, surgió una conversación muy interesante sobre los principios fundamentales de la comunicación efectiva: Claridad – Ser breve – Simpleza – Autoridad – Diseño.
Mientras hablábamos del principio de ser breve, una participante comentó algo que probablemente muchos hemos pensado:
“Yo soy muy directa al hablar, y para no parecer agresiva, tiendo a suavizar mis mensajes con frases como ‘me gustaría’ o ‘podríamos’. Pero siento que eso me quita autoridad.”
Esta frase nos abrió una conversación valiosa: ¿Cómo equilibrar la amabilidad con la asertividad? ¿Se puede ser polite sin sonar dubitativa?
La respuesta es sí.
La diferencia entre ser polite y ser dubitativo
Primero, hay que diferenciar dos cosas que a veces se confunden:
Ser polite: comunicar con respeto, cortesía y consideración.
Ser dubitativo: hablar con inseguridad, ambigüedad o falta de decisión.
El problema ocurre cuando los elementos lingüísticos que usamos para sonar amables comienzan a diluir nuestra postura o autoridad.
Comunicación amable versus agresiva
Ejemplo de comunicación polite (adecuada para cliente):
“Me encantaría reunirme contigo y presentarte las bondades del producto.”
Esta frase es amable, profesional y proyecta entusiasmo. Es correcta para un contexto comercial y no pone en duda tu seguridad.
Ejemplo de comunicación agresiva (potencialmente incómoda):
“Recíbeme para presentarte el producto.”
Aunque es clara, puede sonar impositiva o demandante, dependiendo del contexto y relación previa.
Comunicación dubitativa versus con autoridad

La clave no está en sonar autoritario, sino en comunicar con claridad, convicción y respeto.
Ejemplo de comunicación dubitativa, falta de autoridad:
“Pienso que este producto podría ser una buena opción para ustedes.”
Las expresiones “pienso que” y “podría” hacen que el argumento pierda fuerza y seguridad. Pareciera que no estás seguro de lo que dices, y eso debilita tu imagen como experto.
Ejemplo de comunicación con autoridad:
“Este producto es el que ustedes necesitan para optimizar su proceso actual.”
Aquí hay certeza, convicción y dominio del tema. Proyecta liderazgo y confianza, sin dejar de ser respetuosa.
La receta
Usa condicionales o frases suaves en el inicio o cierre para ser polite:
“Me encantaría reunirnos…”
“Podríamos coordinar una demo…”
“Estaré feliz de responder tus preguntas…”
Estas fórmulas funcionan bien en saludos, propuestas o coordinación.
Evítalas dentro de los argumentos técnicos:
“Yo creo que…”
“Me parece que…”
“Podría ser que…”
“A mi juicio…”
Estas expresiones generan duda sobre la validez de tu mensaje. Si tú no estás seguro, ¿por qué lo estaría tu audiencia?
En resumen
Una comunicación es efectiva cuando entrega argumentos en forma asertiva, sin perder la amabilidad. Para lograrlo, necesitas encontrar el equilibrio entre la cortesía y la firmeza.
👉 Usa lenguaje amable para abrir puertas.
👉 Usa lenguaje directo para argumentar con autoridad.
👉 Y, sobre todo, practica este equilibrio según el contexto y la audiencia.
“Ser amable no significa ser débil. Y ser directo no significa ser agresivo.”



