El principio de la claridad: La habilidad olvidada que transforma tu comunicación
- Andrea de la Calle
- 27 abr
- 2 Min. de lectura

¿Te ha pasado alguna vez que lees un correo dos o tres veces para entender qué te están pidiendo?
¿O que asistes a una presentación en la que después de 15 minutos aún no sabes cuál era el tema?
¿O peor aún, que no entiendes a quien te habla porque se enreda o no pronuncia bien?
Todo esto tiene una causa común: la falta de claridad en la comunicación.
La buena noticia es que la claridad no es un talento natural, sino una habilidad que se entrena. Y es uno de los secretos mejor guardados de los grandes líderes y comunicadores.
🚫 ¿Cómo se ve la falta de claridad?
Veámoslo en distintos tipos de comunicación:
1. Textos o frases mal redactadas
Frases largas, enredadas, con múltiples ideas que obligan al lector a hacer un esfuerzo innecesario.
Ejemplo:
❌ “Con el fin de optimizar y mejorar la eficiencia y los procesos internos que actualmente son llevados a cabo, se propone llevar a cabo una reestructuración.”

2. Láminas demasiado complejas
Slides saturados de texto, gráficos confusos o datos irrelevantes.
Resultado: la audiencia se pierde… y desconecta.
3. Discurso verbal lleno de rodeos
Personas que divagan, se explican, se justifican, repiten, dan vueltas… pero nunca llegan al punto.
Resultado: frustración, cansancio y pérdida de credibilidad.
4. Mala pronunciación o modulación
Cuando no se vocaliza claramente, se come palabras o habla demasiado rápido o bajo.
Resultado: esfuerzo extra de la audiencia para entender, pérdida de atención y efectividad.
🌟 El principio de la claridad: ¿Qué debes hacer en cada caso?
1. Redacta frases simples y concretas
Un solo mensaje por frase.
Sujeto + verbo + complemento.
Ejemplo corregido:
✅ “Proponemos reestructurar los procesos para aumentar la eficiencia.”
2. Diseña láminas muy simples y directas
Una sola idea por lámina.
Encabezados que digan la conclusión, no solo el título.
Visuales limpios, con mucho espacio en blanco.
3. Habla directo al grano
Piensa antes de hablar: ¿cuál es el punto que quiero transmitir?
Usa frases cortas.
Ordena tu discurso mentalmente en tres pasos: problema → solución → acción.

4. Pronuncia correctamente y vocaliza
Abre la boca al hablar.
Articula cada palabra.
Mantén un ritmo pausado, sin correr ni arrastrar las palabras.
🎯 ¿Por qué es tan importante ser claro?
Porque en el mundo corporativo (y en la vida) las personas no tienen tiempo para interpretar.
Quien se comunica con claridad:
Transmite autoridad.
Gana la confianza de su audiencia.
Logra que sus ideas se ejecuten.
Y sobre todo, reduce la fricción en cada interacción, facilitando la toma de decisiones.
📣 En resumen:
Cada vez que prepares un texto, una presentación o una intervención verbal, pregúntate antes de terminar:
¿Se entiende rápido?
¿Estoy siendo directo?
¿Estoy facilitándole la vida a quien me escucha o lee?

La claridad es un acto de generosidad hacia tu audiencia.
Y también, tu mejor herramienta de liderazgo.
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