Presentar resultados es una tarea esencial en cualquier entorno profesional. No importa el rol que desempeñes o la industria en la que trabajes, en algún momento tendrás que evidenciar tu desempeño.

Este proceso es clave para tu continuidad laboral, crecimiento profesional y para conseguir apoyo para los proyectos en los que participas.
Sin embargo, presentar resultados de forma efectiva no es tan simple como parece. Uno de los aspectos más importante consiste en adaptar tu presentación a la audiencia y al contexto. A continuación, te explico tres situaciones comunes y cómo abordarlas de manera estratégica.
Situación 1: Audiencia sin conocimiento previo.
Posibles situaciones:
1) presentación inicial de una temática, como nueva normativa o nuevo estándar requerido en la industria.
2) presentación ante audiencias nuevas de indicadores utilizados regularmente.
3) presentación de un proyecto nuevo y la audiencia no está consciente de la necesidad de su implementación
En cualquiera de estas situaciones, la audiencia está inconsciente de la temática a tratarse: no sabe por qué es importante, no sabe para qué o cómo se mide, ni entiende qué se espera como resultado.
Estrategia:
1. Introduce el problema o necesidad: Explica el contexto y por qué la medición es importante. Indica cómo se realiza la evaluación y qué criterios se están utilizando.
2. Presenta los resultados: Haz visible lo que se logró o lo que aún necesita atención. Explica las consecuencias de estos resultados.
3. Propón un plan de acción: Si los resultados indican la necesidad de realizar cambios, sugiere soluciones concretas.
Formato recomendado:
Crea tu presentación en base a una agenda de 3 ítems, tal como lo he reflejado en la estrategia: contexto – situación actual y sus consecuencias – plan de acción.

Situación 2: Audiencia con conocimiento limitado o desactualizado.
Posibles situaciones:
Seguimiento de programas y/o proyectos implementados hace tiempo.
En este caso, la audiencia tiene alguna idea sobre el tema, pero no recuerda todos los detalles, quizás olvidó el contexto inicial o los compromisos adquiridos en una situación previa.
Estrategia:
1. Repasa el contexto: Dedica una breve introducción para recordar el propósito inicial del proyecto y los compromisos adquiridos previamente.
2. Muestra la evolución: Presenta cómo ha avanzado la iniciativa desde su inicio hasta ahora y el cumplimiento de los compromisos.
3. Proyecta el futuro: Indica cuáles son los próximos pasos, metas o desafíos.
Formato recomendado:
Utiliza una sola lámina dividida en tres columnas:
Como título escribe lo que quieres que la audiencia recuerde, por ejemplo: “la iniciativa se ha visto retrasada por el cambio de plataforma tecnológica”.
Primera columna: contexto inicial.
Segunda columna: estado actual
Tercera columna: próximos pasos o desafíos.

Situación 3: Audiencia familiarizada y técnica
Posibles situaciones:
Reuniones de seguimiento periódico de desempeño con tu equipo, comité, directorio, etc.
En este caso la audiencia conoce a fondo el tema, comprende los indicadores clave y las metas esperadas. Solo necesita verificar el progreso.
Estrategia:
1. Comienza con los indicadores principales en formato muy visual: Haz que los datos sean fáciles de leer con números grandes y prioriza la claridad visual usando semáforos, íconos u otros recursos.
2. Proporciona detalles adicionales: Si es necesario profundizar en las causas de los resultados, incluye láminas adicionales. Pueden ser aperturas de las mismas variables o explicaciones específicas. Preocúpate siempre de ir de lo más general a lo más particular.
3. Genera un plan de acción: Si los indicadores lo ameritan, detalla las acciones que tomarás para mantener o mejorar los resultados.
Formato recomendado:
Una lámina inicial con los resultados generales (resumen ejecutivo) seguida de láminas opcionales con análisis detallados para posibles preguntas y al final las acciones recomendadas.

Coherencia para lograr el impacto buscado
En cualquier de las tres situaciones, debes lograr coherencia entre tus mensajes, tus láminas visuales y tu lenguaje corporal. Más que preocuparte de detalles específicos de tu lenguaje corporal o de la forma de hablar ante tu audiencia, enfócate en la coherencia. Todo debe apuntar hacia la misma dirección.
Conclusión: Adaptarse es la Clave
Hemos visto que presentar resultados no tiene una fórmula única. La efectividad depende de tu capacidad para adaptar tu presentación al contexto y las necesidades de la audiencia. Recuerda:
Más información y contexto para audiencias no familiarizadas.
Brevedad y foco para quienes ya conocen el tema.
En todos los casos, la coherencia entre qué dices, qué muestras y cómo lo dices es fundamental para comunicar con impacto.