Las preguntas son una herramienta poderosa para potenciar nuestros mensajes durante una presentación.
El mejor momento para hacer preguntas
Aunque suene absurdo, las preguntas son útiles para comenzar una presentación, en la mitad o para cerrar:
Al inicio: buscan interesar a la audiencia en lo que se va a contar: “¿Quién de ustedes alguna vez ha tenido que ...?”
Durante: el público puede distraerse después de un rato y una pregunta lo trae nuevamente al tema: “Si ustedes tuvieran que elegir entre A y B, ¿cuál escogerían?”
Al final: es un método para que el público se vaya con el nuevo conocimiento incorporado como aprendizaje (“¿Quién va a salir hoy de esta conferencia y va a …?”) o bien para generar una reflexión respecto al tema (“¿Estamos preparados para hacernos cargo de …?”).
Tipo de preguntas
Es importante hacer algunas distinciones al momento de formular preguntas:
Preguntas retóricas: no buscan o no pueden ser respondidas, ayudan a generar una pausa para una reflexión y tienen el poder de enfatizar una idea o un sentimiento: “¿Podremos algún día trabajar codo a codo autoridades, empresas y comunidad?” “¿Cuántas veces nos engañamos a nosotros mismos?”
Preguntas abiertas: cuando se busca una respuesta del público en forma interactiva, es interesante utilizar la forma de preguntas abiertas.
Para asuntos que a las personas no nos gusta reconocer, si el público lo dice, se asume como verdadero: “¿Qué comida encargan el domingo a la hora de almuerzo?” “¿Cuántas veces a la semana en promedio hacen deporte?” “¿Cuándo fue la última vez que revisaron su cartola bancaria?”
Existe el riesgo de que una persona se tome la palabra y se alargue más de lo necesario, para ello es recomendable siempre dar tiempo acotado.
Cuando la audiencia es más grande, lo más probable es que nadie se atreva a responder, por ello estas preguntas se hacen a alguien en particular: “Usted, el señor de la camisa azul, ¿qué comida encarga los días domingo a la hora de almuerzo?”
Preguntas cerradas: se hacen con sólo algunas posibilidades de respuestas. En audiencias grandes la mejor opción es hacer que el público opte por una posición: “Levanten la mano los que …” “Pónganse de pie quienes …”. En audiencias más pequeñas pueden usarse alternativas: “Qué color prefieren, el blanco o el azul”.
En resumen, la interacción y la reflexión son las posibilidades que nos abren las preguntas. ¿Cuáles de ellas va a utilizar Usted?
Espero que nuestros consejos le sean de utilidad. Para convertirse en un buen comunicador en el mundo empresarial inscríbase en nuestros talleres o pídanos un programa especial.
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