¿Qué haces cuando tu instinto de defender tus ideas te juega en contra?
Rodrigo, un Gerente Comercial de una importante empresa de salud, enfrentó este dilema. Su rol le exigía interactuar con audiencias diversas: desde reuniones individuales con su equipo hasta presentaciones ante clientes, líderes y el directorio.
Aunque era un profesional brillante y apasionado, tenía un reto personal: su impulsividad. Rodrigo defendía sus ideas con tanta vehemencia que a menudo no escuchaba observaciones importantes. Este comportamiento no solo generaba tensiones, sino que debilitaba su capacidad de liderazgo y conexión.

El momento que cambió todo
El punto de quiebre llegó en una reunión clave con el directorio. Convencido de que debía defender su posición a toda costa, Rodrigo terminó en un enfrentamiento verbal con uno de los directores. Al salir, el CEO le hizo ver que había perdido una importante oportunidad para demostrar su liderazgo y para construir confianza.
Esa conversación fue un llamado de atención. Rodrigo buscó ayuda y comenzó su proceso de aprendizaje conmigo. Lo que aprendió fue simple, pero transformador: no se trata de responder rápido, sino de respirar, escuchar y actuar con intención.
Tres pasos que transformaron su comunicación
Inspirados en las enseñanzas de Amy Cuddy, Rodrigo aplicó tres pasos para mejorar su comunicación y liderazgo:
1️. Echar el cuerpo hacia atrás:
En lugar de inclinarse hacia adelante en una postura defensiva, aprendió a relajarse: echa ligeramente el torso hacia atrás, baja los hombros y suaviza su expresión facial. Este simple ajuste proyecta calma, apertura y disposición para escuchar.
2️. Escuchar para encontrar lo valioso:
Rodrigo dejó de pensar en lo que iba a responder mientras el otro hablaba. En cambio, empezó a prestar atención genuina, buscando qué podía sacar en limpio. Este cambio de enfoque mejoró su capacidad de conectar, enriqueciendo sus propias ideas.
3️. Respirar para ganar tiempo y claridad:
Antes de responder, Rodrigo comenzó a hacer una respiración profunda. Esta pausa le permite procesar mejor la información y evitar reacciones impulsivas, proyectando seguridad y control.
Los resultados del cambio
Aunque aún trabaja en controlar su impulsividad, Rodrigo ya ha visto resultados concretos en su liderazgo:
Con el directorio: Ahora transmite calma y control, lo que ha fortalecido su credibilidad.
Con su equipo: Los colaboradores se sienten más escuchados y valorados, mejorando el clima laboral y la colaboración.
Con clientes: Su nueva capacidad de escuchar y conectar genera mayor confianza, fortaleciendo relaciones comerciales clave.
En sus indicadores: Incorporar perspectivas que antes descartaba le permitió identificar oportunidades que mejoraron sus resultados estratégicos.
El Poder de la Respiración en el Liderazgo
La respiración no solo calma tu mente; también cambia la forma en que te perciben. Cuando respiras profundamente, reduces el estrés y proyectas confianza. Es una herramienta simple pero poderosa para liderar con intención y conectar con las personas.