Existen personas con la capacidad de lograr que su audiencia visualice lo que están diciendo. Son oradores que usan todo su cuerpo para comunicar: hablan con las manos, el rostro y el cuerpo, haciendo grandes gestos y expresiones faciales que permiten a su audiencia no solo entender, sino también "ver" y sentir lo que están compartiendo.
Dibuja con tu rostro, manos y cuerpo mientras hablas
Utilizamos inconscientemente nuestras manos, rostro y torso para reflejar lo que vamos diciendo. Por ejemplo, subimos las manos para mostrar algo grande o que asciende, o hacemos un movimiento descendente para expresar que algo está cayendo. No solo usamos las manos: también activamos la espalda, levantamos los hombros, cambiamos la expresión facial y modulamos el tono de voz, todo en sintonía con el mensaje que transmitimos.
Estos movimientos ayudan a que nuestra audiencia “visualice” lo que estamos describiendo y puedan imaginar lo que queremos transmitir. Sin embargo, en algunas personas, este proceso es menos pronunciado, especialmente cuando enfrentan una audiencia. El hecho de estar expuestos puede generar una paralización en su expresión, y esto se agrava en presentaciones virtuales, donde la pantalla tiende a reducir la expresividad.
Aquellos que son más expresivos, por otro lado, tienen mayor facilidad para lograr que la audiencia visualice lo que están narrando, facilitando así la comprensión del mensaje. No olvides usar tu cuerpo para ayudar a tu audiencia a visualizar y entender lo que estás diciendo.
Contagia tus emociones siendo más expresivo
Las personas expresivas no solo “dibujan” con su cuerpo, sino que también logran transmitir claramente las emociones que sienten mientras hablan. Esto permite que la audiencia se conecte emocionalmente con el orador y comparta sentimientos como entusiasmo, melancolía, preocupación, entre otros. La conexión emocional es clave para que tu mensaje resuene profundamente.
Sincroniza tu energía con la de tu audiencia
Los oradores expresivos suelen ser capaces de leer la energía de su audiencia y ajustar su lenguaje corporal en consecuencia. Si su público está tranquilo, adoptan un tono más suave; si están entusiasmados, reflejan esa energía con más dinamismo en sus movimientos. Esta sincronización emocional crea un puente entre el orador y la audiencia, haciendo que el mensaje sea más convincente y empático.
Ejemplos de grandes comunicadores expresivos:
Oprah Winfrey: Oprah es conocida por su habilidad para conectarse profundamente con su audiencia y entrevistados. Su lenguaje corporal flexible, que incluye gestos suaves, inclinaciones hacia adelante y una postura relajada, hace que su interlocutor y audiencia se sientan comprendidos y escuchados. Esta flexibilidad le ha permitido adaptarse a una variedad de situaciones y personas, convirtiéndola en una comunicadora altamente efectiva.
Jacinda Ardern: La ex primera ministra de Nueva Zelanda es un ejemplo claro de flexibilidad en la comunicación. Su lenguaje corporal, que variaba desde posturas firmes en momentos de crisis hasta un enfoque más relajado en interacciones informales, le permitió conectar profundamente con su país y ser respetada tanto a nivel nacional como internacional.
Boris Johnson: Aunque a menudo criticado, el ex primer ministro británico muestra cómo el uso inconsistente del lenguaje corporal puede afectar la percepción de un líder. Los gestos exagerados y su postura a veces desordenada le han dado una imagen de falta de seriedad o enfoque. La flexibilidad en el lenguaje corporal puede ser un arma de doble filo si no se utiliza con cuidado.
Conclusión
Si necesitas que tu audiencia imagine, visualice y sienta lo que tú estás presentando, utiliza todo tu rostro y cuerpo para ayudarlos a "ver" lo que estás diciendo. Además, asegúrate de sintonizar tu energía con la de tu audiencia. Cuando te sincronizas emocionalmente con ellos, es mucho más probable que compartan tu visión y emociones.
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